miércoles, 24 de diciembre de 2008

Daniela Catrileo

Que la locura no se hospede en nuestros vicios de festín y los delirios sigan su caudal de estrellas añejas.

Los electroshock me producen hormigas en mazapán, nostalgias de gritos sin armónica, un sueño en su universo

de frases ebrias sobre el tejado.

Los imagino sobre cactus, revolcándose en el oxido del zinc, mientras a kilómetros me retuerzo de chispas crispadas sobre mi cabeza.

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