miércoles, 24 de diciembre de 2008

Felipe Lagos

De vino, de poesía o de virtud, a vuestro atojo, pero embriagaos. (Baudelaire)



Nos hemos transformado en unos descorazonados. Desesperados iracundos con resaca de cerveza. Luchando por no perder nuestra vida, pero asumiendo que es mejor perderla antes de que nos la arrebaten. Cuando comemos lo hacemos pensando que tal vez sea nuestra última comida. Cuando bebemos, bebemos como si no lo fuéramos a hacer más. Y lo hacemos cada día, como desesperados. Afligidos pesimistas entregados al desasosiego. Bebemos y bebemos como peces en el río, pero sin dios, ¿por la falta de dios? ¿Por querer verlo nacer? Ningún dios, buda, yahvé, zeus, prometeo o como se llame, podría rescatarnos de nuestra desesperación. Somos de la raza atea herederos de Job y Jonás. Depresiones con periodos eufóricos nos dominan y aúnan los unos a los otros como corriente eléctrica. Nuestros músculos son conductores de electricidad. He caído en la desesperación, en el descorazonamiento, en la escritura automática, en la prosa espontánea. Nicolás ha caído en el descorazonamiento. Cristian Pérez ha caído en el descorazonamiento. Ha Ariel le han arrebatado el corazón. Ha Linda la veo a veces descorazonada. Hemos aprendido con desesperación la recomendación baudeleriana de la embriaguez. Daniela se ha entregado a la euforia del descorazonamiento, y esta siendo arrastrada a la locura. Daniela, no te entregues a la locura. Quédate con nosotros un tiempo más. Nosotros te amamos como aman los desesperados. Te amamos con desesperación y si tú nos abandonaras moriríamos de desesperación. Nicolás moriría en la desesperación. Porque aunque somos unos desmoralizados consternados seguimos viviendo y debatiéndonos con la realidad. Seguimos amando (amo con desesperación a Linda). Vivimos como si no fuéramos a vivir más. Bailamos como si presintiéramos que nos arrancaran las piernas. Sigue bailando también tú Daniela con nosotros. Sobretodo tú. Linda te quiere tanto, yo te quiero tanto. Nicolás tú amor de la vida te quiere tanto. Nicolás pudo llegar a salvo a mi casa anoche a pesar de su desesperación (esta mañana lo vi tendido en la cama soñando sueños desesperados). Seguimos vivos, controvirtiéndonos con la realidad y en ella, a pesar de los horarios, la carga de la conciencia, las deudas, la marihuana argentina de Rodrigo, la curda mañanera de la cerveza, el pesimismo abstracto, los suicidios de nuestras madres y hermanos, y a pesar también de nuestro descorazonamiento desesperado, seguimos vivos y juntos por siempre jamás y hasta pronto, muchos besos y cariño.



Felipe Lagos D.

1 comentario:

ColectivoPintepaisajes dijo...

Un Saludo desde el barco ebrio que nos pario...
... C. Caradeuc.